Nací en Santiago de Chile en tiempos de guerra.

Mi infancia y adolescencia fueron marcadas por todo tipo de experiencias, algunas imborrables y otras que quisiera no recordar…las cuales forjaron en mí una personalidad rebelde e ingobernable.

La búsqueda de la aventura me llevó a dejar el nido familiar apenas salí del colegio, emprendiendo mi camino en un largo viaje por el mundo junto a mi atril y mis óleos.

Después de vivir las más increíbles aventuras y exponiendo mis pinturas en galerías en muchos países de los que recorrí, volví a mi tierra donde nací…fue cuando descubrí mi real pasión en el arte, la escultura.

Le toqué la puerta del taller a un gran escultor chileno, para trabajar con él de ayudante y aprender esa técnica milenaria de la piedra y el fierro fundido.

Una vez conocida la técnica seguí mi propio camino en esta infinita búsqueda de la forma, la luz y la belleza…

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